sábado, 30 de junio de 2012

[20]


Cumplir años a veces no es fácil. Y cada fecha suele tener sus motivos cruciales, sus alegrías que te hacen esperarla contando los días que faltan y sus miedos que te hacen temerla y odiarla.
Yo me encontré  entre divertido y poquito asustado, me preguntaba que se sentiría al tener veinte años. Hay cumpleaños más sencillos en los que cambiar de día no significa gran cosa, te seguís sintiendo como ayer (por ejemplo el de los diecisiete, eternamente minusvalorado por los dieciocho). Pero al parecer los veinte, no son ese tipo de evento.
Cuando te das cuenta de que cumpliste veinte años es como te sintieses obligado a desprenderte de una parte de vos mismo. De dejar atrás algo que daba peculiaridad y un jugoso tinte a la vida. Cuando cumplís veinte miras hacia atrás y ves los dieciocho. Y de pronto, sentís la diferencia que hay entre ambas fechas. Es una diferencia cualitativa, que por algún extraño y oculto motivo, ejerce mucha influencia. Sentís que tener veinte años implica que no te podes comportar como si tuvieses dieciocho. Y, cuando buscas un adjetivo que defina los dieciocho pensás en: alocados, impetuosos y quizás atolondrados. Entonces, de repente, te empezás a dar cuenta de un montón de cosas.
Empezas a ver
 que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años y valorás más la familia.  Empezas a ver que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años y valorás más la familia. Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, tramites, estudio, etc, etc...Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato. Las multitudes ya no son 'tan divertidas'... hasta a veces te incomodan. Y a veces extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con la misma gente de forma constante. Pero te empezás a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos amigos otros no eran tan especiales después de todo. Te empezás a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y que, quizás, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que conociste; y que, a veces y en cierta forma (quizás no del todo), mucha gente con las que perdiste contacto resultaban ser muy buenos amigos. Reís con más ganas, pero llorás con menos lágrimas, y con más dolor. Te rompen el corazón, pero esta vez no era un capricho, y las desilusiones son mas grandes...y te preguntas como esto te pudo hacerte tanto mal. O por ahí te acostas por las noches y te preguntás por qué no podes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor, o por qué cada vez son mas boludos y el que tiene algo interesante se fuma hasta el pasto, una ilusión óptica o simplemente es un gran engaño de si mismo. Ya no te gusta la típica chica linda, esa con la que todos quieren estar, ahora te fijas en alguien mas compañera, alguien que puede decir una frase coherente y que, por lo menos, tenga sentido común, dos dedos de frente mínimo, y que sus conversaciones no terminen siempre en los mismos temas de siempre. Te empezas a querer de alejar de algunas cosas, empezas a notar y a distinguir la “pendejada”, muy acentuada en algunas personas, los caprichos sin sentido, la inmadurez, y te volvés muy intolerante a eso y muchas cosas más, a la falta de sentido común, a la falta de pensamiento, de reflexión, de decir lo primero que se te venga a la cabeza sin motivo ni argumento alguno, mas alla de que a veces correr riesgos también esta bueno, no? Le tratas de escapar a esas actitudes de pendejada, y a esa inmadurez generalizada aunque a veces, tengas algún que otro momento donde eso te gane de mano, y caigas preso de todo eso, pero comprendes que, eso es inevitable, que sigue siendo un rasgo característico de la edad y que se va a ir yendo con el paso de los años, pero que, a pesar de eso, notas que lo sabes distinguir, y que no lo tenes tan acentuado como muchos ya que, mientras la mayoría vive inmersa en esas actitudes, vos solo las tenes en momentos, y te podes dar cuenta, sabes distinguirlas y dar marcha atrás con todo eso, ver las cosas con mas madurez y actuar a la altura de eso.
Por otro lado, pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de novios y algunos empiezan a “casarse” (no literalmente, pero empiezan a llevar ese tipo de vida). Y otros que por ahí también están con alguien, pero los notas que simplemente no están seguros y que hasta a veces ni se sienten preparados para comprometerte tanto o llevar una relación. La típica chica que te podes enganchar una noche cualquiera, mas allá de que no seas partidario ni ejerzas esa idea muy común en muchos de salir una noche a chamuyar por ahí, a venderte algo que no sos simplemente por impresionar para conseguir un par de besos/caricias.. esas chicas te empiezan a parecer baratas, aburridas, y llegas a un punto en que emborracharse y actuar como un idiota empieza a aparecerte verdaderamente estúpido. Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucha plata para tu ingreso, porque tenés otras responsabilidades, responsabilidades que quizás muchos ni se podrían imaginar estar llevándolas a esta altura, pero que vos las llevas de muy buena forma y te hacen bien. Entonces, elegís otro modo de vida.. Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que pensabas que estarías haciendo. O quizás estés buscando algún trabajo y pensás que tenés que comenzar desde abajo y te da un poco de miedo. Tratas día a día de empezar a entenderte a vos mismo, sobre lo que querés y lo que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes. Te das cuenta que no vas a cambiar el mundo, y que hay realidades que por mucho esfuerzo y ganas que le pongas no se pueden transformar, te das cuenta de que sos un punto en el sistema, y que McDonald’s no se va a fundir por que vos no le compres. Ves lo que los demás están haciendo y te encontrás a vos mismo juzgando un poco más de lo usual porque de repente tenés ciertos lazos en tu vida y adicionas cosas a tu lista de lo que es aceptable y de lo que no lo es. A veces te sentís genial e invencible, y otras...solo, con miedo y confundido. Por momentos tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando. Te preocupas por el futuro, por la carrera, el trabajo... y por armar una vida para vos. Y mientras ganar la carrera sería buenísimo, ahora tan solo quisieras estar compitiendo en ella. Lo que capaz no te das cuenta es que no sos el único al que le pasa todo esto y que quizas muchos, muchos le tocan vivir estas vivencias y, a esta edad empiezan a ver las cosas de esta forma, y que es parte del camino. Entonces ahí, por lo menos, aunque se un poquito menos, no te sentís tan solo con todo sino que transitando en el mismo camino que muchos otros. Un camino, eso. Parece ser un camino en transito un lugar inestable, un camino, un desbarajuste en la cabeza... pero TODOS dicen que es la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos... (aclaro que esto también te mete mas presión y mas frustraciones... 'si ando así en la mejor etapa, no quiero pensar cómo voy a estar en la peor!!!'). Pero bueno, mas allá de esto, dicen que 20 no son nada y que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro. Y te parece que fue ayer que tenias 16… y que mañana vas a tener 30. Los veinte son como un jarro de fría responsabilidad, que te empapan y te hacen rebelarte. ¿Porqué todo debe ser diferente a como era mi vida hasta ahora? Y entonces te preguntas que ha sido tu vida hasta ahora. Para algunos, o por lo menos en mi caso, cumplir 20 años significa que han pasado ya 1/3 de su vida. ¡1/3! Y entonces surge la pregunta: ¿La estas aprovechado bien? ¿Estas dándole un rumbo? ¿Llevas una buena dirección? Y quizás la más importante… ¿Cómo sigue?... ¿Qué hacer a partir de ahora?

Por lo pronto, creo que yo he cumplido ya muchos de los sueños de mi vida y, a la vez, he conseguido crear otros nuevos. Quizás no la he aprovechado tanto como debiera, pero ahora aprovecharla me suena a “carpe diem” y, probablemente, eso no pega con los veinte. Tengo empacho de responsabilidad. Respecto a lo del rumbo, por ahora sigo el camino que ya inicié para terminar lo que empecé. Fue uno de los últimos consejos que tuve  y, voy a seguirlo adelante. Pero hay tantas cosas que me gustaría hacer… y probablemente tendría aptitudes para todas.  El problema de base a veces suele ser la falta de confianza en uno mismo aunque como todo el mundo dice, miras hacia atrás y observa todo lo que lograste, a donde estas parado, a donde llegaste y ese es el mejor aval de lo que podes llegar a hacer.
Hay tantas cosas que aún me quedan por hacer, por aprender, por experimentar y sentir…


Con ilusión y temor meto un pie en mis nuevos veinte años. Los recibo como una puerta abierta a un nuevo tiempo, probablemente los dieciocho no queden tan lejos, a fin de cuentas la esencia de lo que somos siempre nos acompaña.  Dispuesto a echarle una carrera al tiempo a intentar sacarle el mejor provecho de todo lo que viva y sabiendo que las sorpresas solo acaban de empezar. Una carrera al tiempo… el tiempo, sí.  Y en definitiva, cual es la mejor enseñanza/conclusión, que sacas llegando a tu segunda década de vida?... A veces un gran aliado, otras un gran adversario: El tiempo, cosa curiosa. Hacer valer el tiempo, que no se te pase. Dicen por ahí que "la vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento". Bueno, es eso.