jueves, 10 de febrero de 2011

Cuando la vida te ofrece un sueño… la realidad te es indiferente.

“Potter, ya deberías aprender a diferenciar los sueños, de la realidad”, le dice Lucius Malfoy al joven mago sobre el final de “La Orden del Fénix”.
 Y es que  hay gente que por vivir en un sueño se olvida del presente, de la realidad, lo que pasa en verdad, y, por lo tanto, de tener los pies sobre la tierra. Y más cuando por soñar, y querer ver las cosas como quiere que sean, como desea que sean y no como son en verdad, querer creer algo o que te hagan creer algo que ya tantas veces te lo han hecho creer (el arte del convencimiento triunfa de nuevo.) y te han fallado, te han lastimado, o han jugado con vos, no abrir los ojos, y ver la realidad, eso es lo que hace q uno se pierda en los sueños y se olvide de vivir. Y no hay nada peor que no aprender de los errores, de los golpes, sus cicatrices, de todo lo sufrido, de cada lágrima derramada, de cada mentira recibida, de todo. Qué pasó? Ya no hay memoria del pasado? Y parece que no, porque la piedra sigue estando allí, y el que se tropieza con ella también. Y que es lo más feo de todo? que el que se tropieza sabe que esa piedra está ahí, sabe que se va a tropezar, pero no recuerda lo mucho que sufrió con ese golpe, no se acuerda de las consecuencias de él, o quizás sí, pero no las quiere ver, y a lo mejor quiere seguir pasando por el mismo lugar (por más de que ya le hayan colocado un cartel enorme luminoso de advertencia que anticipa lo que puede pasar, para cuidarlo/la, por cariño o porque no se quiere que se tropiece y sufra, no se quiere ver sufrir, osea, para hacer el bien), a pesar de todo, quiere seguir pasando por ese mismo lugar de nuevo,  y volver a tropezarse. Por qué? yy, porque, quizás le gusta hacerlo no? Es la única razón que encuentro. le gusta pasar una y otra vez, hacerse (hablando, un poco vulgarmente, pero bien en criollo, disculpas por el termino) mierda y golpearse, por eso pasa. Entonces ahí ya no hay más que hacer, quizás te gusta golpearte, o quizás ya no tenés memoria del pasado, o quizás te convencieron muy bien de que esta vez la piedra ya no está y t la comiste mal, y todas tus palabras, deseos, promesas y lágrimas, se las llevó el viento. Y acá es donde todo esto se engancha con lo que hablaba al principio: La indiferencia hacia la realidad, terminó triunfando. Entonces, la vida te ofreció un sueño, te ofreció vivir en un sueño, y hacerte creer que ese sueño es la realidad, y eso es lo que hace, eso es lo que te hace creer, y ese es el punto, porque, como dice el dicho…
no hay peor ciego, que el que no quiere ver.

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